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El poder de la magia


Cuando era niña jugaba todo el tiempo de todo, sola o con amigas, siempre me faltaban horas para jugar. Dato curioso; cuando tenía 3-4 años y mis hermanas seguían en la escuela mientras yo ya estaba en la casa porque salía más temprano, tenía una amiga imaginaria que se llamaba Paty, pasaba horas y horas con ella y mi mamá siempre me preguntaba con quién jugaba y con quien hablaba y yo siempre le contestaba: "pues con Paty mamá!" (para mi era obvio).

Después de ver la película "IF: Imaginary Friends", que si no la has visto te la mega recomiendo, lloré y lloré de la emoción de poder haber vivido esa experiencia de tener una amiga imaginaria en la infancia que me acompañara durante años.

En ese momento y actualmente, siento que sigue siendo un tema Tabú y de locos. Así que me pongo reflexiva, como lo he estado todo este año; desde el concepto que manejan en la película y creyendo en que SI hay seres que te acompañan todo el tiempo (ya les contaré de mi papá) creo que siendo niño tienes canales abiertos gracias a los cuales eres más sensible, perceptivo y, sobre todo y lo más importante, CREES en la MAGIA, CREES que TODO ES POSIBLE Y CREES en todo lo que los adultos DEJARON DE CREER, simplemente por su mente adulta y por tener que ser adultos.

No tengo idea ni recuerdo en que momento dejé de creer en Paty, tampoco recuerdo en que momento dejé de creer en todo lo que creía de niña para convertirme en adulto. Amaría regresar a esos momentos donde todo era MAGIA, por esta razón yo creo que amo la Navidad, por la SANTA y por la MAGIA que hay alrededor de esta creencia.

De chiquita despertaba súper ilusionada el 25 y corría a ver que había traído Santa, también quería ver si se había terminado la leche y las galletitas que le habíamos dejado. Y para la llegada de los Reyes Magos, les dejábamos agua y alimento a sus animales y a ellos, igual que a Santa, leche y galletas. Una vez mi hermana recuerdo que dijo: "huele a animal!".

Y qué pasaría si de adultos siguiéramos creyendo en la MAGIA, ¿quién nos dice que no existe? igual sería otro mundo, más cordial, más amoroso.

Mi hijo grande ya dudo mucho de la magia y siempre le digo: "no dejes de creer, yo sigo creyendo".

Así que te invito hoy a que no dejes de creer en la MAGIA y que sea una tarea que nuestros niños tampoco dejen de hacerlo.

 

 
 
 

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